Cáncer

Cáncer

Asesora ante el Consejo del Control de Calorías

¿Está relacionado el aspartamo con el cáncer?

El vasto cuerpo de investigaciones realizadas sobre el aspartamo en los últimos 30 años ha hallado que el aspartamo no causa cáncer en los seres humanos; sin embargo, algunas personas dudan de la solidez de la evidencia científica y siguen suscitando inquietudes sobre el posible riesgo de cáncer relacionado con el aspartamo. Algunas de estas dudas parten de la publicación de estudios de laboratorio que sugieren que el aspartamo tuvo un efecto carcinogénico en roedores. Estos estudios y las noticias de primera plana que estos provocan han llevado a que el aspartamo sea uno de los aditivos más estrechamente vigilados de los productos para el consumo humando desde que se introdujo en 1981.

Más de 500 estudios dicen: “Que no”

Magnuson et ál. publicaron en el 2007 una revisión integral sobre la seguridad del aspartamo que se basó en los niveles de uso actuales y los estudios toxicológicos y epidemiológicos disponibles. La revisión fue llevada a cabo por un panel independiente de expertos reconocidos que examinó más de 500 estudios científicos, artículos e informes publicados, en los que se analizaran los mecanismos de absorción y metabolismo del aspartamo, los niveles de consumo en el mundo y los datos de toxicología. Durante todo el tiempo que duró la revisión, no se dio a conocer la identidad del patrocinador a los panelistas ni la de los panelistas al patrocinador.

En todos los casos, las conclusiones de las revisiones realizadas por agencias de autoridad y este panel han sido que el aspartamo no tiene actividad carcinogénica o promotora de cáncer. Asimismo, no se ha demostrado congruentemente ningún efecto tóxico derivado del aspartamo que sea relevante para los seres humanos que consuman aspartamo oralmente.
En el resumen sobre la toxicidad crónica y los estudios de carcinogenicidad, el artículo señala: “En todos los casos, las conclusiones de las revisiones realizadas por agencias de autoridad y este panel han sido que el aspartamo no tiene actividad carcinogénica o promotora de cáncer. Asimismo, no se ha demostrado congruentemente ningún efecto tóxico derivado del aspartamo que sea relevante para los seres humanos que consuman aspartamo oralmente.” El panel también concluyó que los estudios de largo plazo sobre el aspartamo en animales fueron abarcadores y que sus resultados respaldan la seguridad del aspartamo en dosis que representen los niveles de consumo humano.

Revisión del estudio del Instituto Ramazzini 

En la revisión de Magnuson et ál. había dos estudios de Soffritti et ál. (2005, 2006), de la Fundación Europea Ramazzini sobre Oncología y Ciencias Ambientales (European Ramazzini Foundation, ERF), también conocida como Instituto Ramazzini, que llamaron la atención cuando informaron que el aspartamo aumentó las neoplasias en ratas. Muchas fallas se identificaron en estos estudios y se delinearon en la revisión de Magnuson, con base tanto en los datos publicados como en información adicional obtenida de un informe no publicado que la ERF proporcionó al Programa Nacional de Toxicología y a la Autoridad Europea de Seguridad (European Safety Authority, EFSA).

La EFSA solicitó la información adicional no publicada porque se le había encargado específicamente que determinara si las evaluaciones de seguridad sobre el aspartamo y las ADI anteriores debían revisarse según los estudios de la ERF. La EFSA hizo su propia investigación de los datos y determinó que los tumores informados en los estudios realizados por Soffritti et ál. no se relacionaban en general con el tratamiento con aspartamo, no mostraron una relación entre dosis y respuesta y no eran de ninguna relevancia para los seres humanos. En su opinión publicada en mayo del 2006, la EFSA concluyó que no había cambios en la seguridad del aspartamo ni motivo para revisar la ADI conforme con la evidencia disponible. Subsiguientemente, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE. UU. emitió una declaración en la que respaldaba los hallazgos de la EFSA y dijo que no tenía planes de cambiar su posición en relación con la seguridad del aspartamo.

En el 2010, Soffritti et ál. publicaron otro estudio de carcinogenicidad. Esta vez en relación con la exposición transplacentaria al aspartamo en ratones. Nuevamente, se le solicitó a la EFSA que proporcionara consejo científico sobre el estudio. En su declaración de 2011, la EFSA halló que los resultados no podían interpretarse con base en la información disponible en la publicación, pero mencionó que el tipo de tumor observado en los ratones Swiss eran irrelevantes para la evaluación de riesgos en los seres humanos. Concluyó que los hallazgos del estudio no proporcionaban justificación para cambiar las evaluaciones de seguridad del aspartamo anteriores en la Unión Europea.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no halló ningún vínculo al cáncer

Además de estas investigaciones específicas sobre los estudios publicados que suscitaron inquietudes sobre la seguridad del aspartamo, el Parlamento Europeo y el Consejo sobre Aditivos Alimentarios requieren que todos los aditivos alimentarios que estén dentro del ámbito de la EFSA sean revaluados cuando sea necesario por cambios en las condiciones de uso o por información científica nueva. Conforme con este requisito, en el 2013 la EFSA revaluó el aspartamo (E 951) como aditivo alimentario y publicó su opinión científica más reciente. Esta dijo, en parte, que se han realizado centenares de estudios sobre la seguridad del aspartamo y que no se informó en los estudios realizados por nadie menos que la ERF ninguna asociación con genotoxicidad o cáncer. Asimismo, concluye que no había:

  • ninguna indicación de que el aspartamo fuera genotóxico para los seres humanos con base en los datos disponibles;
  • ninguna evidencia de lesiones neoplásticas o no neoplásticas relacionadas con el tratamiento en ninguno de los estudios;
  • ningún aumento de ningún tipo de neoplasma en relación con el aspartamo;
  • ninguna evidencia epidemiológica de posibles asociaciones entre el aspartamo y distintos cánceres en la población humana.

Kirkland y Gatehouse hicieron una revisión independiente del aspartamo dos años después. Indicaron que su objetivo era hacer una revisión crítica de todos los datos de genotoxicidad disponibles sobre el aspartamo, ya que Magnuson et ál. (2007) solo cubrieron los datos brevemente. En esta evaluación minuciosa de estudios in vitro e in vivo que incluyó datos sobre mutagenicidad bacteriana, aberraciones cromosómicas, pruebas de micronúcleo, ensayos de daño al ADN y la célula germinal, los autores respaldaron las conclusiones de la EFSA de que el aspartamo no es genotóxico. Estas conclusiones se publicaron en su opinión científica de 2011 sobre estrategias de prueba de genotoxicidad aplicables a la evaluación de seguridad de alimentos.

Los niveles exagerados que se usan en los estudios no son aplicables al consumo típico

En un artículo especial de Magnuson et ál. (2016) sobre el destino biológico de los edulcorantes de bajas calorías financiado por un subsidio sin restricciones del Consejo del Control de Calorías se incluye una discusión sobre cómo se ha sobrestimado la exposición actual a estos edulcorantes y sobre cómo podría contribuir a los temores sobre su seguridad.

Esta percepción errónea se debe, en parte, al hecho de que los edulcorantes de bajas calorías son mucho más dulces que el azúcar, de modo que los productos en el mercado generalmente contienen de 97 a 99 % de relleno y solamente de 1 a 3 % del ingrediente edulcorante real. Lo que puede les parecer una dosis alta a los consumidores representa una cantidad ínfima de edulcorante. Por ejemplo, el aspartamo es 200 veces más dulce que el azúcar, por lo tanto, solo se necesita 1/200 parte de la cantidad del azúcar que normalmente se usa en un alimento o bebida para lograr el mismo nivel de edulcoración. Como sería casi imposible medir 1/200 parte de una cucharadita o taza de edulcorante, se agrega relleno para que sea más fácil de medir. Es particularmente importante que se pueda medir con facilidad cuando se considera la sustitución de edulcorantes calóricos, como la sacarosa, con aspartamo.

La comunidad científica también es responsable de exagerar los niveles de exposición a los edulcorantes de bajas calorías cuando basan sus estimaciones en datos de ingesta en lugar de en la cantidad de cada edulcorante en particular que entra al cuerpo debido a las diversas tasas de absorción. Asimismo, muchas formulaciones de alimentos y bebidas contienen una mezcla de dos o más edulcorantes a fin de producir el perfil de sabor deseado, de modo que es difícil calcular la ingesta individual de edulcorante según los informes sobre el consumo en los que se usan categorías genéricas como una “gaseosa dietética” o una “golosina libre de azúcar”. Es relevante tener información precisa sobre los niveles de ingesta diaria para el análisis de riesgos de cualquier alimento o ingrediente y, según los datos actuales disponibles, el consumo de aspartamo en los Estados Unidos y en la Unión Europea sigue estando muy por debajo de las ADI respectivas; y las personas con los mayores niveles de ingesta consumen menos del 50 % de la ADI.

Los consumidores que sigan teniendo inquietudes sobre los edulcorantes artificiales y el cáncer pueden quedarse tranquilos de su seguridad al leer la hoja informativa Los edulcorantes artificiales y el cáncer, publicada por el Instituto Nacional del Cáncer. En ella se indica que no hay evidencia clara de exista una asociación entre los edulcorantes artificiales y el cáncer en los seres humanos y que la lista de posibles factores de riesgo de cáncer no incluye edulcorantes artificiales.

Referencias Ciatadas

European Food Safety Authority. ESFA assesses new aspartame study and reconfirms its safety. Food ingredients and packaging. May 4, 2006. Accessed January 5, 2017. https://www.efsa.europa.eu/en/press/news/afc060504

European Food Safety Authority. Statement of EFSA on the scientific evaluation of two studies related to the safety of artificial sweeteners. EFSA J. 2011;9(2):2089. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.2903/j.efsa.2011.2089/epdf

European Food Safety Authority. Scientific Opinion on genotoxicity testing strategies applicable to food and feed safety assessment. EFSA J. 2011b.9 (9), 2379. http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/2379

European Food Safety Authority. Scientific Opinion on the re-evaluation of aspartame (E951) for the proposed uses as a food additive. EFSA J. 2013;11(12):3496. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.2903/j.efsa.2013.3496/epdf

Kirkland DGatehouse D. Aspartame: A review of genotoxicity data. Food Chem Toxicol. 2015;84:161-8. doi: 10.1016/j.fct.2015.08.021. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691515300430

European Food Safety Authority. ESFA assesses new aspartame study and reconfirms its safety. Food ingredients and packaging. May 4, 2006. Accessed January 5, 2017. https://www.efsa.europa.eu/en/press/news/afc060504

European Food Safety Authority. Statement of EFSA on the scientific evaluation of two studies related to the safety of artificial sweeteners. EFSA J. 2011;9(2):2089. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.2903/j.efsa.2011.2089/epdf

European Food Safety Authority. Scientific Opinion on genotoxicity testing strategies applicable to food and feed safety assessment. EFSA J. 2011b.9 (9), 2379. http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/2379

European Food Safety Authority. Scientific Opinion on the re-evaluation of aspartame (E951) for the proposed uses as a food additive. EFSA J. 2013;11(12):3496. 
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.2903/j.efsa.2013.3496/epdf

Kirkland DGatehouse D. Aspartame: A review of genotoxicity data. Food Chem Toxicol. 2015;84:161-8.  doi: 10.1016/j.fct.2015.08.021. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691515300430

Magnuson BA, et al. Aspartame: a safety evaluation based on current use levels, regulations, and toxicological and epidemiological studies. Crit Rev Toxicol. 2007;37(8):629-727 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17828671

Magnuson BA, Carakostas MC, Moore NH, Poulos SP, Renwick AG. Biological fate of low-calorie Sweeteners. Nutr Rev. 2016;74(11):670-689 http://nutritionreviews.oxfordjournals.org/content/nutritionreviews/74/11/670.full.pdf

National Cancer Institute. Artificial Sweeteners and Cancer. Reviewed August 5, 2009. Accessed January 5, 2017. https://www.cancer.gov/about-cancer/causes-prevention/risk/diet/artificial-sweeteners-fact-sheet

Soffritti M, Belpoggi F, Esposti DD, and Lambertini L. Aspartame induces lymphomas and leukaemias in rats. Euro J Oncol. 2005;10:107-116. https://www.researchgate.net/publication/225029050_Aspartame_induces_lymphomas_and_leukaemias_in_rats

Soffritti M, et al. A First experimental demonstration of the multipotential carcinogenic effects of aspartame administered in the feed to Sprague-Dawley rats. Environ Health Persp. 2006;114:379-385. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1392232/

Soffretti M, et al. Aspartame Administered in Feed, Beginning Prenatally Through Life Span Induces Cancers of the Liver and Lung in Make Swiss Mice. Am J Industr Med.2010;53:1197-1206 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20886530

febrero 13, 2017 Myths