Convulsiones y Epilepsia
Asesora ante el Consejo del Control de Calorías
La declaración de que el aspartamo se asocia a un mayor riesgo de epilepsia se basa en informes anecdóticos de personas que casualmente tuvieron su primera convulsión poco después de consumir un alimento o una bebida que contenía aspartamo. Esto no es evidencia de causación, sino una relación temporal entre el consumo generalizado de aspartamo y la prevalencia de epilepsia. La epileptogénesis puede ser provocada por una variedad de factores, que incluyen estrés, hidratación, cambios en la osmolaridad plasmática y metabolitos tóxicos por sobrecarga hepática o renal. La sola administración de grandes dosis de agua puede predisponer a una persona a tener convulsiones. Cuando se malinterpreta la causa de un episodio convulsivo o de la epilepsia, y se comparte por Internet que es el aspartamo y se dan consejos inapropiados sobre cómo evitarlos, se pone en riesgo a las personas afectadas si no buscan atención médica.
En una revisión de estudios realizada por Butchko et ál. sobre los efectos de la fenilalanina y el aspartamo en nueve modelos de convulsiones, que variaban desde modelos químicos hasta modelos genéticos con roedores y primates, se halló que las dosis a niveles inferiores a 1,000 mg/kg no tenían efecto en la susceptibilidad a las convulsiones en los animales. Esta dosis es el equivalente a un bolo oral de 18 latas de gaseosa dietética edulcorada con aspartamo en un hombre de 70 kg. Los resultados de las dosis a niveles de 1,000 mg/kg de aspartamo fueron incongruentes entre laboratorios, diferentes modelos de convulsiones y animales, y no mostraron ningún efecto o un efecto proconvulsivo. Los datos provenientes de estas dosis excesivas de aspartamo en bolo en roedores no indican un riesgo relevante para las personas dado que no es posible que una persona ingiera oralmente cantidades suficientes de ningún alimento o bebida que contenga aspartamo para alcanzar una dosis equivalente o para elevar las concentraciones plasmáticas de fenilalanina a niveles comparables.
Los consumidores que creen que podrían haber sufrido convulsiones o inicio de epilepsia en relación con el aspartamo pueden ser remitidos a esta declaración del Instituto de la Epilepsia, publicada en el Registro del Congreso, el 20 de junio de 1986:
“Como organización dedicada a las personas con problemas relacionados con las convulsiones, nosotros, [en] el Instituto de la Epilepsia, hemos evaluado la evidencia científica corriente y hallando que el aspartamo es seguro para las personas con epilepsia… los miembros de la Junta Asesora Profesional del Instituto de la Epilepsia hemos analizado la actividad convulsiva de nuestros pacientes, muchos de los cuales consumen aspartamo regularmente, y no hemos observado ningún cambio en los últimos tres años”.